El tronzado automático, un proceso tan simple como rápido y preciso

Una tronzadora es una máquina de disco con una mesa o banco en acero, debajo o a un lado de la mesa hay un motor que permite que el disco se ponga en movimiento y es regulable en altura de acuerdo a las dimensiones del material a cortar. El operario se coloca al frente del banco en la misma dirección del disco y en sentido contrario al giro del mismo, y realiza el accionamiento de un dispositivo (tipo palanca, pulsador o pedal) para sujetar el material y ejecutar el corte.  

El tronzado o corte transversal de piezas es uno de los pasos más importantes en el proceso de transformación de materiales como madera, metal o aluminio entre otros y en función del tipo de material, tipo de disco utilizado y los volúmenes de producción puede realizarse en forma manual o automática. 

El tronzado manual requiere mayor esfuerzo y representa un elevado riesgo de accidentes. El proceso automático excluye ambos factores, lo que se traduce en mayor rendimiento con menor riesgo y esfuerzo, pero sobre todo de manera rápida y precisa.  

En otras palabras, el tronzado automático significa aumento de la productividad y rentabilidad, y en esencia resulta ser de gran importancia en cualquier planta o taller ya que cada pieza debe ser tronzada en un determinado punto de la producción. 

¿Cuántos tipos de tronzadoras existen? 

El mercado actual ofrece una amplia variedad de tronzadoras, con características según su aplicación, es decir según el tipo de material a cortar podrán variar en cuanto a velocidad de giro del disco, la cual se mide en revoluciones por minuto (RPM) y material de fabricación del mismo, los cuales pueden ser: abrasivos, acero rápido (HSS) o metal duro (carburo de tungsteno) principalmente. 

¿Qué tipo de disco debo utilizar? 

Por lo general el tipo de disco depende del tipo de máquina en la cual se utilice, pero además del tipo de material a tronzar. Para el caso de los tubos y perfiles de acero podemos encontrar comúnmente tronzadores portátiles de disco abrasivo, los cuales se componen de una serie de granos triturados unidos entre sí por un aglutinante. Estos discos frotan y rozan contra la pieza a cortar produciendo chispas y calor, como consecuencia, la pieza se desgasta y se realiza el corte. En dicho proceso el material sobrante se reduce a polvo (no virutas). Al trabajar mediante fricción, los discos abrasivos no tienen filos o dientes cortantes por lo tanto no son re-afilables.  

Actualmente ha venido en aumento, dadas sus múltiples ventajas, la implementación de máquinas estacionarias con disco en acero rápido (HSS) los cuales, a diferencia de los anteriores, son piezas metálicas provistas de dientes (son re-afilables), dicha herramienta gira a bajas revoluciones (entre 30 y 90 RPM) por lo cual son más seguros, no producen chispas ni calor. Al ser un proceso refrigerado (la zona de corte se enfría con emulsiones solubles), no produce afectación térmica y el corte es más limpio (menos rebabas) algo que puede ser un beneficio importante para productos que requieren acabado posterior. 

Para el caso de la madera y el aluminio también existe una amplia variedad de máquinas tronzadoras, equipadas por lo general de un disco dentado, cuyo diente posee un inserto en metal duro o carburo de tungsteno y trabaja a altas revoluciones (entre 3000 y 6000 rpm según el diámetro del disco y el material a tronzar). A la hora de seleccionar el disco adecuado se debe prestar especial atención a su geometría de corte, es decir, al diseño de las puntas, ángulo de ataque y número de dientes, cada uno de estos aspectos varían dependiendo de la aplicación. 

En términos generales y como regla fundamental, es necesario adquirir conocimientos básicos sobre las herramientas que utilizamos para para obtener todas sus ventajas y mejores resultados a nivel de productividad.